sábado, 7 de marzo de 2009

Marina

¡Qué cercanas son ahora las distancias! ¡Vaya un oxímoron!... pero es que hoy en día, con Internet y sus herramientas, parece que todo está a nuestro alcance y que no hay distancias si tenemos un ordenador y una buena conexión a la red. Puedes hablar y ver la cara de tus familiares y amigos dispersos por el mundo, saber qué han hecho, comido y bebido, ver las fotos de sus amigos y los lugares que han visitado las últimas vacaciones.
También es fácil recuperar viejas amistades que un día fueron muy íntimas y con los años se decoloraron o simplemente se perdieron. El otro día, un antiguo compañero de residencia universitaria me encontró a través de facebook tecleando mi nombre. Este reencuentro fue una grata sorpresa que me hizo rememorar alegres y lejanos tiempos. Tras los saludos de rigor le pregunté por la gente de la residencia. Me informó de algunos: Paco se casó hace unos años, Raúl trabaja de funcionario y Miguel de profesor. En cuanto a Marina...
Marina era mi gran amiga de esa residencia donde viví durante mi primer año de universidad. Era cuatro años mayor que yo, 22 ella y 18 yo, pero nos hicimos inseparables durante ese año. El curso siguiente cambié de residencia y, aunque nos veíamos de vez en cuando, no era lo mismo. Mantuvimos el contacto durante varios años, pero desde hace ya bastante tiempo no teníamos contacto alguno. A veces me acordaba de ella y sentía curiosidad acerca de su vida, así que me alegré del hallazgo a través de facebook...
Marina era un referente para mí en aquélla época. Alta, delgada, elegante, responsable y con mucha personalidad. Muy habladora, con un particular lenguaje de simpáticas palabras inventadas por ella... y muy, muy alegre, a pesar de que, no sé muy bien por qué, no tenía buena suerte en las cosas que se proponía. La recuerdo siempre estudiando esa asignatura que se le había atragantado de la carrera de farmacia... La última vez que hablé con ella tenía un novio con el que pensaba casarse y formar una familia.
Marina murió hace algo más de un año de una penosa enfermedad. Mi antiguo compañero me lo contó vía facebook... Me puse muy triste por esta mala noticia. Recordé la mala suerte de Marina. La vida a veces se ceba con alguna gente sin explicación alguna... En cualquier caso no está en nuestras manos cambiar el destino, así que sólo nos queda la resignación... y el facebook para seguir enterándonos de la mejor o peor suerte de la gente que en algún momento fue importante en nuestras vidas.

2 comentarios:

mariposa dijo...

Resulta poco agradable enterarse de este modo, de las cosas que le han ocurrido a personas cercanas a tí, o que en un tiempo lo fueron.Lo siento..un beso

Salvia dijo...

Gracias Mariposa!
Un saludo y me alegro de verte por aquí de nuevo