El ser consciente de que el tiempo pasa, que nos hacemos viejos y que nuestra mente juvenil queda atrapada en cuerpos con los que no nos identificamos... ¡madre mía!... si esto cuesta en la treintena la que me espera en décadas venideras...
Aún así, he de dar gracias por cumplir uno más, por las cosas buenas que me han pasado, por haber sabido afrontar las malas, por tener nuevos proyectos en mente, por tener nuevos amigos y conservar a los de siempre, por poder disfrutar -y perder la paciencia- con mi familia y, sobre todo, por tener un Compañero de andanzas mejor de lo que pudiera haber soñado.
¡Ojalá se cumplan todos vuestros sueños en 2010! ¡Feliz Año Nuevo!
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