jueves, 4 de diciembre de 2008

El Belén de la crisis

“¿Comprar una casa? ¿ahora?...¡¡¡¡NOOOOO!!!! ¡Hay que esperar! ...¡que van a bajar! “...
Desde el fin del verano de 2007, cuando comenzó a hablarse de la crisis en EEUU provocada por las subprime, este es el conjunto de frases más repetido por la gente en cuanto manifiesto nuestra intención de comprar una casa. Y es que..¡hay que ver!... últimamente el mundo está lleno de expertos inmobiliarios...
La crisis financiera y las caídas de la bolsa han llegado a ser tema el conversación por excelencia en el bar, la peluquería, el supermercado o la oficina. Todos nos hemos familiarizado con términos que antes estaban reservados a unos cuantos entendidos. Hablamos de lo mal que se están poniendo las cosas y de lo peor que se van a poner, aunque la mayoría no sabemos cuál será el alcance real de estas palabras y esperamos con los dedos cruzados que esta "mala racha" pase pronto.
El domingo estuve dando un paseo con Salvio por el barrio. Me hizo una curiosa observación: “¿Te das cuenta de que ya no se ven tantos carteles anunciando venta de pisos?” ¡¡Es cierto!!
En primavera nos sentimos optimistas y comenzamos a buscar nuestro “nidito perfecto para hipotecarnos”. Los carteles abundaban por nuestro barrio. Supusimos que con la -ya por aquel entonces- famosa crisis, los pisos no se vendían como antes y por eso había más oferta. Decidimos esperar a ver qué pasaba transcurridos unos meses, tal y como los "nuevos expertos inmobiliarios" nos aconsejaron.
Y ocho meses después... la temida crisis es ya un hecho en nuestra sociedad, con empresas importantes en fase de concurso de acreedores y una cifra de parados que ronda los tres millones. Sin embargo, no hay tantos carteles anunciando pisos a la venta. Nos resultó curioso. Y los carteles que hay, anuncian pisos a precios irrisorios -en su acepción de “que mueve a risa o burla”- y no por lo bajos sino por todo lo contrario. Precios desbordados, irreales y fuera del alcance de una economía familiar de pareja trabajadora y sin hijos. Está claro que quien compró en los tiempos boyantes de la especulación se resiste a abandonar la idea de sacar tajada de su inversión inmobiliaria y, o bien retira su piso de la venta hasta que llegue otra época de vacas gordas, o bien sigue pidiendo un precio demasiado elevado para ser considerado un precio justo ¡¡Agárrese quien pueda y tonto-el-último!! ...diría yo...
Así dudo mucho que se mueva el mercado de venta de pisos, al menos el de segunda mano. En cuanto a la obra nueva, aunque no tengo conocimiento actual de este mercado, sí puedo decir que durante la primavera de 2006 fui testigo de bajadas en los pisos de obra nueva de una de las promotoras más conocidas de nuestro país. No obstante estas bajadas eran ya por aquel entonces necesarias aunque insuficientes, debido al precio extremadamente desorbitado que había alcanzado la vivienda.
Y pienso yo que mucho más tendrán que bajar los precios para que, tal y como están de difíciles las cosas hoy en día, los españolitos de a pie nos decidamos a entrar en una caseta para formalizar contratos con una promotora que, posiblemente, no tenga liquidez ni para pagar la luz... Y eso, claro está, contando con que tengamos la suerte de que nuestro banco nos de el "sí quiero" de la hipoteca...
Y es que la burbuja se infló tanto que nos explotó a todos en la cara. A esto se unió la crisis financiera mundial. En nuestro país este tandem resultó ser mortal de necesidad, pues durante estos últimos diez años basamos nuestra economía en la promoción inmobiliaria. Y pasó lo que tenía que pasar, el ladrillo no dio para más...
Es diciembre de 2008, el sistema económico está enfermo de muerte. Se armó el Belén de la crisis...¿y ahora quién lo desarma?...

No hay comentarios: