martes, 2 de diciembre de 2008

Mundo laboral

Me aburro en el trabajo. Trabajo en un lugar donde no sé qué se espera de mi. Sigo las absurdas directrices de un jefe absurdo. No me resulta fácil estar en mi puesto de trabajo casi diez horas al día sin trabajo suficiente para llenarlas y sin directrices claras que seguir. No entiendo la estupidez del “presencialismo laboral” que prima en este lugar.
Recientemente he leído un artículo donde se afirmaba que “las personas satisfechas y motivadas trabajan más y mejor”... Todos los que trabajamos sabemos que es cierto. No entiendo, entonces, por qué directivos y gente con poder para conseguir que el ambiente laboral sea el adecuado no hace nada al respecto.
En el caso de mi empresa lo justifico achacándolo a la más absoluta ignorancia acerca de una buena gestión de RRHH. De hecho, han conseguido que sus “recursos humanos” sean un puñado de seres sin iniciativa y carentes de opinión en lo que al entorno laboral se refiere.
Nuestro gerente-director tiene la absoluta seguridad de que todo subordinado es mucho menos inteligente que él. En realidad, no se da cuenta de que es él quien no es inteligente. Ni siquiera listo. Más bien resulta tremendamente mediocre, algo de lo que sus "ignorantes subordinados" se dan cuenta , como muy tarde, a las dos semanas de trabajar para él, una vez pasada la fase de amabilidad y engaño previo con la que recibe a todo novel. Supongo que su actitud tiene la lógica explicación de intentar esconder sus propias carencias y debilidades, sin darse cuenta de que un buen jefe debería conocer y admitir sus limitaciones. Al fin y al cabo todos somos humanos y por la vía de la empatía todo iría mucho mejor... ¿o no?...
Este es el ambiente donde intento desarrollar mi carrera profesional. Pienso que estaría mejor en cualquier otro trabajo, en cualquier lugar del mundo. Sin embargo, algunos amigos me manifiestan sus quejas de igual o distinto calibre acerca de sus respectivos trabajos. Y yo me desespero pensando que no existe el trabajo ideal y que es una desgracia pasar la mayor parte de nuestras vidas pensando en cuando se acaba la jornada, cuando llegan las vacaciones o cuando hay algún día de fiesta...

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